jueves, 28 de junio de 2007

BAD ART



Artistas que hoy se consideran malos también están causando conmoción con sus exhibiciones en museos y galerías. Sus exposiciones no se montan en lugares tradicionales, sino en espacios especializados en promover y coleccionar lo que se denomina "mal arte", ese que las prestigiosas instituciones públicas y galerías privadas nunca se atreverían a mostrar.
En su página web, el 'Museum of Bad Art' (Moba), ubicado en Dedham (Massachusetts, EEUU), se describe como "el único museo del mundo dedicado a la colección, preservación, exhibición y celebración del mal arte en todas sus formas".
Su nacimiento está vinculado al hallazgo casual y la apreciación artística de una pintura abandonada y recobrada, 'Lucy en el Campo con Flores', un óleo sobre tela de 60 por 76 centímetros realizado por un artista anónimo.
La pintura fue rescatada de la basura por el bostoniano Scott Wilson, quien inmediatamente la proclamó "una obra maestra" por tratarse de "un retrato con autoridad y trascendencia".
Poco después, una llamada telefónica al Moba confirmaría, si bien no la autoría, al menos la procedencia de la pintura. "Hola, es la nieta de Lucy", decía una voz al otro lado del teléfono.
Se trataba de la nieta de Anna Lally Keane, el verdadero nombre de la anciana retratada en el cuadro, al que se le conoce como 'La Mona Lisa del Moba'.
'Thrift shops'
Pero no sólo Wilson se ha dedicado a darle sus "15 minutos de fama" -como diría el padre del pop Andy Warhol- a los pintores anónimos cuyas obras pueden ir a parar a la basura o a las tiendas de artículos de segunda mano, conocidas en EEUU como "thrift shops".
En 1990, Bert Christensen dejó su negocio Christensen Television, en Toronto, y se dedicó a coleccionar y promover "mal arte" en su sitio en Internet 'Weird, Strange & Just Plain Bad Art'.
La página consiste en un compendio de imágenes de obras mediocres, incluida la célebre 'Pink Poodle and Hydrant with Text', del artista estadounidense Jim Shaw.
Tras recuperarla en una tienda de descuentos, Shaw la incluyó en su colección 'Thrift Store Paintings', que incluye docenas de pinturas de artistas aficionados o anónimos, y que fue exhibida en el año 2000 en el Instituto de Arte Contemporáneo de Londres.
Adrian Searle, del periódico londinense 'The Guardian', comentó entonces que "las pinturas son horribles, insostenibles y crapulosas. Estas personas no pueden dibujar ni pintar y nunca se les debería dejar solas con un pincel".
Pero lo que constituye buen o mal arte es, por supuesto, una cuestión subjetiva, de gustos y opiniones personales, según la músico Lauren Wood, que amasa una colección de arte mediocre y pésimo en su sitio 'Bad Art Gallery'.
"Lo que para una persona es un tesoro para otra puede ser basura", asegura Wood, que creó su colección inspirada en el Moba y porque "hay tanto arte malo que, como pasa con la colisión de un tren, no se puede dejar de mirar".
Jim Shaw, que tiene una prolífica y exitosa carrera como artista, también inspiró un concepto similar, el de "PSB Gallery of Thrift Store Art", una colección de obras con títulos ridículos como 'Escena Nocturna con Huevo' y 'Hombre en Bata sorprendido por la Muerte'.

Siempre el arte encontró un espacio de exposición, porque no es otra cosa sino arte aquello cuyo ciclo de vida culmina en la exposición. Lo que se aprecia, es una banalidad... Lo que vale es la interpretación, punto final del ciclo. El mal arte, puesto así como una expresa mitad entre lo que es bueno y lo que es malo solo le da participación al arte. Y por ser arte es bello, solo por serlo. A esta antigua y particular discusión redundante a cerca de lo q es y no es , la belleza y la que no, el arte por arte mismo encuentra siempre su espacio.

PERFORMANCE

El término performance es una anglicismo -palabra (voz) inglesa- evitable, usada espcialmente en los países de América del Sur, que tiene dos acepciones básicas en castellano:
Rendimiento, resultados.
Ejecución, desempeño, cumplimiento, obra, acción, hecho y representación.

Performance como representación (ámbito artístico)
Para el album del grupo pop Astrud, véase Performance (album).
Jacques L. Monod, biólogo francés premiado con el Nobel, en su ensayo El Azar y la Necesidad utiliza el término performance en un sentido próximo a logro, a ejecución conseguida.
No obstante, tal palabra se ha difundido en las artes a partir de la expresión inglesa “performance art” y proviene de la concepción del arte en vivo como arte conceptual contemporáneo y heredero de los happenings, actions, fluxus events y body art a finales de los años 1960 y con auge durante los 1970.
La historia del "performance art" empieza a principios del siglo XX, con las acciones en vivo del futurismo, el constructivismo, dadaísmo y surrealismo, por ejemplo las exhibiciones no convencionales llevadas a cabo en el Cabaret Voltaire por Richard Huelsenbeck, Tristan Tzara y otros.

El arte de la performance es aquél en el que el trabajo lo constituyen las acciones de un individuo o un grupo, en un lugar determinado y durante un tiempo concreto.
La Performance o acción artística puede ocurrir en cualquier lugar, iniciarse en cualquier momento y puede tener cualquier duración.
Una acción es cualquier situación que involucre cuatro elementos básicos: tiempo, espacio, el cuerpo del performer y una relación entre el performer y el público. En este sentido se opone a la pintura o la escultura, por ejemplo, en las que un objeto constituye el foco de la obra artística.
La performance tiene parentesco con la acción poética, la intermedia, la poesía visual y otras expresiones del arte contemporáneo. Algunos llaman a tales expresiones (idénticas o muy similares a la performance): live art, action art, intervenciones y manoeuvres.
El sniggling es una forma activista y engañosa de performance art en público, que típicamente se desarrolla de modo que los espectadores inicialmente no se dan cuenta de que se está ejecutando una performance.
En el arte contemporáneo- que siempre busca redefinír sus formas y maneras-, nos referimos a acción poética cuando distinguimos una performance de una acción basada en el sentido poético del arte, la literatura o la cultura.

LAND ART



Land-Art o arte de la construcción del paisaje, es una rama del arte de la segunda mitad de los años sesenta orientada a trabajar con los elementos de paisaje visual como el color, la textura, las líneas, etc. Su fin es producir emociones plásticas en el espectador que se enfrenta a un paisaje determinado.

El principio fundamental del Land-Art es alterar, con un sentido artístico, el paisaje, para producir el máximo de efectos y sensaciones al observador.

El arte generado a partir de un lugar, que algunas veces parece un cruce entre escultura y arquitectura, en otras un híbrido entre escultura y arquitectura de paisaje en donde juega un papel cada vez más determinante en el espacio público contemporáneo. Para ello el arte interviene dentro del paisaje, dentro de la estructura misma de éste, modificándolo, ya sea desde una postura contrastante o mimética, en la cual se realiza una operación extractiva o sumativa, construida con elementos que se encuentran dentro de este mismo entorno (tierra, agua, luz, etc.)

El paisaje es parte fundamental de la obra, el que indica muchas veces el que hacer. El arquitecto dialoga primero con el entorno y posteriormente la obra seguirá esta conversación, para que así pueda surgir esta transformación que permita esta experiencia artística, recuperar valores ancestrales, comunicar ideas, pensamientos y sensaciones.

El Land-Art establece un diálogo, muchas veces de carácter arquitectónico, con la naturaleza. Nos sitúa ante el mundo como un mundo expuesto que requiere de la contemplación, colocándonos en posición de “espectadores”.

Para intervenir a esta escala en la cual el hombre pueda apropiarse del territorio, es importante que el arquitecto entienda el lugar en el cual va a trabajar, tal como lo hace el Land-Art, desde una perspectiva general, dejando una marca o huella del hombre con los elementos a la escala de este, determinando el paisaje a su medida; es ahí la cercanía con la arquitectura y el paisaje.

Existe una relación estrecha entre la arquitectura de espacios públicos y el Land-Art. Al igual que el arte de paisaje, la arquitectura de espacios públicos debe ser concebida para el hombre como espectador y expectante, provocando y generando situaciones que alteran la postura del hombre frente al paisaje y la naturaleza (percepción de sensaciones).

Exponente en relación entre el paisaje y el arte:

1. empleo de materiales de la naturaleza: - Tierra (Robert Smithson, Michael Heizer) - Maderos, troncos, etc. (Nils Udo, Gary Rieveschl) - Piedras, amontonamientos tumultos (Richard Long, Carl Vetter, Alan Sanfist)

2. a partir del artificio y como contraste o resalte de la naturaleza: - Telas (Christo) - Pararrayos (Walter de Maria) - Aparatos, maquinas, móviles en los que intervienen las fuerzas naturales tales como el fuego, el agua o el aire (Susumu Shingu, Walter de Maria)

3. el redescubrimiento y puesta en escena del orden cósmico y de las fuerzas naturales: - Orientaciones solsticios y equinoccios (Robert Morris, Nancy Holt) - El viento a través de las fuerzas eólica (Douglas Hollis) - El fuego, la luz y los reflejos (Susumu Shingu) - El agua: corrientes de agua, restos que deposita un río o el mar (Eberhard Eckerle, Dominique Arel)

4. el tiempo expresado como arte: - La descomposición, el ciclo vital (Jochen Duckwitz, Andrew Leicester) - El reciclaje (Gary Rieveschl)

5. el paseo como arte: - El movimiento (Richard Long, Hamish Fulton
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miércoles, 27 de junio de 2007

BODY ART



Con este nombre se denominan procesos artísticos en los que el artista utiliza su propio cuerpo como soporte material de la obra. Surge a finales de los años sesenta y se desarrolla en la década siguiente. La obra de estos artistas trata temas como la violencia, la autoagresión, la sexualidad, el exhibicionismo o la resistencia corporal a fenómenos físicos. Así el cuerpo puede estar transformado por un disfraz, ser utilizado como instrumento o unidad de medida, agredido o puesto a prueba hasta los limites del sufrimiento, etc.
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Podemos diferenciar en el body art una línea más analítica que se practica en Estados Unidos por artistas como Vito Acconci, Chris Burden o Dennis Oppenheim que ponen el acento en las posibilidades del cuerpo, y otra más dramática, la europea representada por Herman Nitsch, Gunter Brus, Rudolph Schwarzkolger o Gina Pane, que incide en la reelaboración de arquetipos, junto a aspectos relacionados con el travestismo, el tatuaje o la sublimación del dolor. Como precursores del body art encontramos el dadaísmo, el happening y más tarde esta muy relacionado con la práctica de las "performance" (acciones), el teatro y la danza.
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MINIMALISMO




Surge en EE.UU. a mediados de los años sesenta y tiene su máximo desarrollo durante los setenta.

El término "minimal" es utilizado por primera vez por el filósofo Richard Wolheim en 1965 para referirse al bajo contenido artístico de las "pinturas negras" de Ad Reinhart, de las pinturas combinadas de Rauschenberg y de los ready-made de Duchamp.

El término acabó por referirse casi exclusivamente a los objetos tridimensionales desarrollados por determinados escultores reducionistas norteamericanos, cuyo progreso eclipso a las manifestaciones pictóricas.



La pintura "minimal" también se conoce como pintura del silencio, pues se aparta del mundo material y del "ruido" de formas y objetos de la sociedad de consumo (especialmente las obras de artistas como Ryman, Martin y Marden por su vacío sustancial de intención metafísica).

La pintura "minimalista" es una radicalización del programa reductor comenzado por algunos de los pintores de la abstracción postpictórica a principios de los sesenta. Así, las obras producidas por Olitski (superfícies enfáticas) y Kelly (paneles de color) a partir de finales de los sesenta están dentro de la tendencia minimalista.

Caracteristicas
- Abstracción total: las obras operan sólo en términos de material, superficie, tamaño y color.

- Máxima sencillez.

- En escultura: formas semejantes a cubos, pirámides o esferas, organizadas en ángulos rectos, generalmente en series.

- En pintura: superficies enfáticas monocromáticas, generalmente pintura blanca sobre fondo blanco (Ryman) o de otros colores (Olitski) apenas modificadas con líneas y puntos casi imperceptibles (Martin), por marcas cerca del borde (Olitski) o por pincelazos (Ryman).

- Carácter "opaco" (negación de calquier efecto ilusionístico) y literal (conforme a su verdadera naturaleza, la pintura es sólo "pigmento específico" sobre una "superficie específica").

- Cualidad casi inmaterial.

- Utilización directa de los materiales que son mínimamente manipulados.

- Empleo de distintos materiales a fin de explotar la interación de sus características físicas.

- Creación de contrastes como brillante-mate, suave-áspero, opaco-transparente, y grueso-fino (Ryman).

- Aplicación de la pintura empastada con efectos de jaspeado (Olitsky) o a base de gruesas pinceladas paralelas (Ryman), a fin de acentuar el carácter literal.

- Obras de gran formato y pinturas sin marco.

- En general, predominio de formatos y colores neutros.

Influencias
Del constructivismo y sobre todo el planteamiento reductor de las últimas pinturas de campos de color de Ad Reinhardt. Este artista, durante los últimos seis años de su vida, realizó una serie de pinturas (conocidas como "pinturas negras"), todas del mismo formato (un metro cincuenta de superficie), que contenían una simple imagen en forma de cruz pintada en un tono muy oscuro apenas diferenciable del resto de la superficie del cuadro. Estas obras a primera vista parecían extensiones uniformes de pintura negra. Pero después de estar mirandolas durante un tiempo, el ojo se acomoda a las diferencias de tono y la imagen de la cruz se ve perfectamente.

Pintores: Jules Olitski (1922), Ellsworth Kelly (1923), Robert Ryman (1930), Agnes Martin (1912), Robert Mangold (1937), Joe Baer, Brice Marden (1938), Sol LeWitt (1928), Thomas Deyle, Peter Laly, Hernández Pijuan, entre otros.

Escultores: Sol LeWitt (1928), Dan Flavin (1933-1996), Donald Judd (1928-1994), Carl Andre (1935), entre otros.


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Ulrich Rückriem


TRABAJO. Ulrich Ruckriem es uno de los artistas alemanes más conocidos de la segunda mitad del vigésimo siglo. Ya en los años 60 Ruckriem se convirtió en uno de los representantes más interesantes del minimalism en Europa. Él estaba entre esos artistas que cambiaron las formas y los medios de la existencia de la escultura clásica. Esos artistas finalmente poner fin al origen figurado de la escultura y se centraron en los problemas básicos de la escultura como rama del arte - tamaño, volumen, material y relación con el ambiente. Ulrich Ruckriem es el más conocido para sus esculturas de la piedra monumental. Es lo más a menudo posible cantos rodados de piedra de formas geométricas, tocados apenas por la mano del artista. Los principios de su formación se establecen con la precisión extrema y son determinados básicamente por el espacio en el cual la escultura está limitada para ser colocada. De esta manera el artista establece una relación terminante entre ilustraciones y su ambiente, que se convierte en a menudo uno de los medios de percibir ilustraciones. Una de las características básicas de la escuela minimalista americana de la escultura es una búsqueda para una superficie industrial anónima de una escultura; considerando que Ruckriem da vuelta a las calidades naturales del material usado en un valor excepcional de sus esculturas. La superficie de sus esculturas de piedra revela siempre explícitamente su origen. Es esta característica particular que da calor a las esculturas de Ruckriem, nunca que se encontrará en construcciones minimalistas americanas.
PROYECTO DE CAC. El proyecto que Ulrich Ruckriem ofrecido para el CAC es particularmente monumental. Como siempre, el artista está implicado en la división de un espacio grande con ilustraciones, pero en Vilnius es grafito algo que la piedra, superficie algo que el volumen que habla. Qué permanece es un diálogo terminante del pre-pensamiento entre ilustraciones y su ambiente, y la magia del material - grafito que debido a sus calidades cromáticas está asociado a la naturaleza algo que cultura. Después de que su primera visita al CAC Ruckriem formulara la manera su proyecto debe ser realizado: “Mida la anchura y la altura de cada pared. Entonces divida estos números por cuatro - usted tendrá las dimensiones de los trabajos. El lugar para cada uno de ellos es el centro de la pared. El material que se utilizará es grafito mezclado con el material obligatorio y la extensión con un rodillo en varias capas.” Así en el proyecto de CAC podemos ver una manera del trabajo idéntica a las esculturas de Ruckriem. En Vilnius un sistema de reglas levemente diverso es aplicado, pues este vez Ruckriem maneja el espacio usando dos algo que tres dimensiones. Sin embargo, las superficies de dos dimensiones del grafito que dividen las paredes se convierten en una razón de transformaciones tridimensionales del espacio. De esta manera el artista vuelve a su problematics acostumbrado del volumen. Esta vez él lo hace indirectamente, de una manera más compleja, pero probablemente de lograr el suyo puntería de la mejor manera posible, como él la describió en uno de los muchos catálogos de sus trabajos: “Trabajo dentro de un volumen” (cotizado de: Ulrich Ruckriem, Arbeiten, Stuttgart: Oktagon, 1994)
BIOGRAFÍA. Ulrich Ruckriem nació en 1938 en Düsseldorf. En 1957-59 él estudió la albañilería de piedra. En 1967-69 él creó las primeras esculturas de piedra basadas en los principios que él continuó utilizando en el suyo más adelante los trabajos (que parten un canto rodado de piedra en piezas y que montan más adelante las piezas en uno). Desde 1964 él participa en exposiciones y crea las esculturas para los espacios públicos. Él celebró más de 100 exposiciones a solas y participó en muchas exposiciones importantes del grupo (Documenta incluyendo 5, 7, 8, 9; un proyecto de la escultura en Münster, el Biennial de Venecia, París etc. bienal).
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OP ART



El Op-Art, o Arte Óptico fue un movimiento pictórico nacido en Estados Unidos en el año de 1958, Paralelemente, en Europa, se desarrollaba un movimiento llamado nueva tendencia, que tenía bastantes aspectos similares al movimiento norteamericano.
El término Op-Art se acuñó por un artículo publicado en 1964 por la revista Time, sobre un grupo de artistas que pretendían crear ilusiones ópticas en sus obras. Después de esto el término se adoptó como el nombre oficial de este movimiento.

En 1965, el Museo de Arte Moderno de Nueva York -MOMA- organizó una exposición llamada The Responsive Eye en el cual varios artistas representantes de este movimiento, como Victor Vasarely, Bridget Riley, Frank Stella, Josef Albers, Lawrence Poons, Kenneth Noland y Richard Anuszkiewicz; mostraron sus obras, quedando completamente definido este nuevo estilo.
Las mayores influencias artísticas de este movimiento son el suprematismo, el constructivismo, el De Stijl o neoplasticismo y el Bauhaus. Además de tener importantes influencias intelectuales, psicológicas y científicas sobre la fisiología y la percepción.
El Op-Art se caracteriza por varios aspectos:
La ausencia total del movimiento real, todas sus obras son físicamente estáticas, lo cual lo diferencia del Arte cinético.
Se pretende crear efectos visuales tales como movimiento aparente, vibración, parpadeo o difuminación.
Usa los recursos de líneas paralelas, tanto rectas como sinuosas, contrastes cromáticos marcados, ya sea poli o bicromáticos, cambios de forma y tamaño, combinación y repetición de formas y figuras, entre otros recursos ópticos. Usa también figuras geométricas simples, como rectángulos, triángulos y circunferencias en tramados, combinaciones o formaciones complejas.
En muchos casos el observador participa activamente moviéndose o desplazándose para poder captar el efecto óptico completamente.

Se usa el acrílico para obtener superficies lisas, limpias y muy bien definidas.
El artista del Op-Art no pretende plasmar en su obra sensaciones o situaciones, no existe ningún aspecto emocional en la obra.
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POP ART



La abstracción postpictórica, fue por lo menos en parte una continuación del expresionismo abstracto. El pop art fue una reacción en contra y antes que nada, fue el Pop el que tuvo mayor repercusión.
El surrealismo, con su atracción por lo subconsciente, fue reemplazado por el dadaísmo, con su preocupación por las fronteras del arte. Pero ésta no fue una elección puramente intelectual. Había fuerzas dentro del expresionismo abstracto y el informalismo, que impulsaban a los artistas hacia la nueva moda. Por ejemplo, cuando el expresionismo abstracto comenzó a agotar sus ímpetus, el prevaleciente interés en la textura llevó a los artistas a experimentos cada vez más audaces con los materiales.
Algunos de estos experimentos -con pintura acrílica- fueron llevados a cabo por Morris Louis y llevaron hacia la abstracción postpictórica. Pero la mayoría consistieron en la reexploración de las posibilidades del collage. El uso del collage significó un importante paso filosófico para un artista ya familiarizado con la abstracción informal. En ésta, una textura interesante era algo que el artista creaba, pero las adiciones de collage llegaban a su mano ready made (objetos ya hechos); y la idea del "ready-made" de Marcel Duchamp fue una de las innovaciones principales del dadaísmo. El collage había sido inventado por los cubistas como medio para explorar las diferencias entre la representación y la realidad. Los dadaístas y los surrealistas habían extendido grandemente sus alcances y, en particular, los dadaístas lo encontraron especialmente análogo y alineado con sus preferencias por un antiarte. En manos de la generación de postguerra, el collage se desarrolló como "arte de assemblage", un medio para crear obras de arte casi totalmente a partir de elementos preexistentes, donde la contribución del artista habría de encontrarse más en establecer conexiones entre objetos, poniéndolos juntos, que en hacer objetos ab-initio.

En 1961, el Museo de Arte Moderno de Nueva York organizó una importante exposición bajo el título "El Arte del Assemblage". William C. Seitz señaló en su introducción al catálogo: "La actual ola de assemblage. .marca un cambio del arte subjetivo, fluidamente abstracto, hacia una revisada asociación con el medio ambiente. El método de yuxtaponer es un vehículo apropiado para expresar sentimientos de desencanto por el resbaladizo idioma internacional en que ha tendido a manifestarse la abstracción libremente articulada y los valores sociales que esta situación refleja".

El assemblage fue importante también por otra razón. No sólo proveía un medio de transición del expresionismo abstracto a las aparentemente muy diferentes proposiciones del pop art, sino que trajo una recon-sideración radical de los formatos dentro de los cuales podían operar las artes visuales. Por ejemplo, el assemblage daba un punto de partida para dos conceptos que habrían de ser cada vez más importantes para los artistas: el medio ambiente y el happening.

Por supuesto, algunos practicantes del assemblage no se apartaron mucho de sus fuentes originales. Las exquisitas cajas hechas por Joseph Cornell, con sus yuxtaposiciones poéticas de objetos, y los ingeniosos collages de Enrico Baj son cosas que exploran los recursos de una tradición, sin buscar ampliarlos muy radicalmente. Otros artistas no estaban satisfechos con esto. La mayoría de ellos caen en la categoría que ahora casi melosamente se ha dado en llamar "neodadá". Uno preferiría decir, casi, que son a menudo artistas que, con lo que hacen, quieren explorar la idea de lo mínimo, lo inestable, lo efímero.

En Norteamérica, los dos exponentes más discutidos del neodadá han sido indudablemente, Robert Rauschenberg y Jasper Johns. De los dos, Rauschenberg es el más variado y Johns el más elegante; esta elegancia es una parte genuina, aunque algo incómoda de tener en cuenta para cualquier discusión sobre lo que estos artistas representan.
Rauschenberg nació en Texas en 1925. A fines de la década del cuarenta estudió en la Academie Julien en París, y luego, con Albers trabajó en el Black Mountain College. A principios de la década del cincuenta, Rauschenberg pintó una serie de cuadros completamente blancos donde la única imágen era la propia sombra del espectador.
Más tarde preparó una serie de cuadros enteramente negros. Ninguno de estos desarrollos era único. El pintor italiano Lucio Fontana (Nació en 1899 en Rosario, Prov. de Santa Fe. Estudió en la Academia Brera de Milán. En 1946 publicó en Buenos Aires el Manifiesto Blanco) hizo una serie de telas totalmente blancas en 1946; el francés Yves Klein exhibió sus primeros monocromos en 1950. Después de estos experimentos con el minimismo, Rauschenberg comenzó a moverse hacia la "pintura de asociaciones", un modo de creación en donde una superficie pintada se combina con varios objetos que están fijados a esa superficie. A veces las pinturas se desarrollan en objetos tridimensionales que se sostienen solos, tales como la famosa cabra embalsamada que ha aparecido en tantas exposiciones del arte norteamericano contemporáneo. Una pintura hace uso de un equipo de radiofonía funcionando; otra, de un reloj. El artista también ha usado imágenes fotográficas, que son estampadas directamente sobre la tela.

La filosofía estética que informa sobre esto es esencialmente la del compositor experimental John Cage, a quien Rauschenberg conoció en Carolina del Norte. Una de las ideas básicas de Cage es la de "desenfocar" la mente del espectador: el artista no crea algo separado y cerrado, sino que en cambio hace algo para que el espectador se vuelva más abierto, más consciente de sí mismo y de su medio. Dice Cage: "Nueva música; nuevo escuchar. No un intento para comprender algo que está siendo dicho, ya que, si se dijese algo, se daría a los sonidos formas de palabras. Sólo una atención a la actividad de los sonidos".
Una pintura típica de Rauschenberg, como la enorme Barcaza pintada en 1962, es una especie de ensueño al que se invita a unirse a los espectadores; un flujo de imágenes que no son necesariamente fijas e inmutables. Cage comenta la "cualidad del encuéntro" entre Rauschenberg y los materiales que usa; uno puede comparar esto con la manera en que trabajaba Kurt Schwitters. Pero Rauschenberg es un Schwitters que ha pasado a través de la experiencia expresionista abstracta.

Lo mismo, ya que estamos, es Jasper Johns, a pesar de que la obra de Johns da la impresión de una mayor disciplina. Johns es más que un irónico. Una obra, titulada Las Sonrisas Críticas, es un cepillo de dientes fundido en metal maleable, colocado sobre un zócalo del mismo material. A diferencia de Rauschenberg, Johns es conocido principalmente por el uso de imágenes simples, triviales: un conjunto de números, un blanco, un mapa de los Estados Unidos, una bandera norteamericana. El tema de estas imágenes es en gran parte la falta de tema, el espectador busca un significado específico, el artista está principalmente preocupado en crear una superficie.
En lo que concierne al manejo de la pintura, Johns es un maestro de técnica. La forma en que trabaja Johns sugiere también relaciones con otras cosas, además del pop art. Al igual que Kenneth Noland, está interesado en la inercia pictórica, por ejemplo. Una de las razones para elegir modelos triviales es el hecho de que ya no generan más energía. Está interesado también en la idea de la pintura como objeto, más que como representación. En algunos casos ha utilizado dos telas unidas por el borde con un par de bolas de madera introducidas entre ambas, de manera que vemos la pared detrás en el punto en que se unen. Otras obras tienen añadidos: una regla, una escoba, una cuchara.

De la descripción de las actividades de estos dos artistas, resulta que ellos representan un alejamiento de la pintura "pura". Aún para Johns, a pesar de todo su virtuosismo, la pintura no es más que un medio para lograr ciertos resultados, que posiblemente se consigan también de alguna otra manera.
Rauschenberg ha estado por años asociado a la compañía de baile Merce Cunningham: actúa con ellos además de diseñar vestuarios y escenarios, y evidentemente esto es una parte tan central e importante de su actividad como lo es la pintura. Una de las direcciones sugeridas por una pintura como Barcaza es el paso hacia el cuadro vivo, obra de arte que rodea o casi rodea al espectador. Las obras voluminosas y feroces de Edward Kienholz son un ejemplo.

Kienholz también representa un aspecto de la tendencia que se llama ahora a menudo "funk", o "funk art" : el gusto por lo com-plejo, lo enfermo, lo raído, lo gro-tesco, lo aparente, lo viscoso, lo abierta o encubiertamente sexual, como oposición a la impersonal pureza de gran parte del arte contemporáneo.

Quizá porque ofrece este tipo de alternativa, el "funk art" ha demostrado ser más que una moda pasajera y ha sido responsable de algunas de las más alarmantes imágenes de la década del sesenta. -Cosas como canapé, de Bruce Conner en 1963, que muestra el cadáver-de alquien aparentemente asesinado y desmembrado sobre un destartalado sofá victoriano, o Muerte de un hippie, de Paul Thek, o varios cuadros vivos del inglés Colin Self. Es típico también otro cadáver, una figura titulada Víctima Nuclear.

En Europa, un equivalente de los neodadaístas norteamericanos es ofrecido por lo que a veces se llama "nuevo realismo", que sigue al movimiento fundado por el crítico francés Pierre Restany, junto con Yves Klein y otros. Restany sostiene que "el nuevo realismo registra la realidad sociológica sin ninguna intención polémica".

Lo que significa esto quizá pueda deducirse de la obra de Arman, quien fue uno de los adherentes del grupo. La obra más característica de Arman consiste en la acumulación al azar de objetos, pero objetos de Ia misma clase, encerrados en plásticos transparentes. Estas acumulaciones pueden presentarse como paneles, o ser tridimensionales. Por ejemplo. Arman ha hecho un torso de mujer en plástico, lleno de guantes retorcidos. Otro artista atraído por lo sistemático es Christo, quien es más conocido por sus paquetes, objetos sólidos misteriosos, que a veces sugieren y a veces esconden lo que está envuelto en ellos.

La principal personalidad entre estos europeos neodadaístas fue indudablemente el fallecido Yves Klein. Klein es un ejemplo de un artista que fue importante por lo que hizo -el valor simbólico de sus acciones- más que por lo que realizó. Uno ve en él un ejemplo de la creciente tendencia en la que la personalidad del artista es su única creación, verdadera y completa.

Klein nació en 1928. Fue músico de jazz, rosacruz y experto en yudo (estudió yudo en Japón y escribió un libro sobre el tema que todavía es un texto fundamental). En el yudo, los oponentes son considerados colaboradores y es esta noción la que parece subyacer en gran parte del pensamiento de Klein sobre el arte. Lo mismo pasa con el deseo de "alejarse de la idea del arte". Klein dice: "La esencia de la pintura es ese algo, ese «pegamento etéreo», ese producto intermedio que segrega el artista con todo su ser creativo y que él tiene el poder de colocar, incrustar e impregnar dentro de la materia pictórica de la pintura".
Además de crear los monocromos ya mencionados, Klein adoptó varios métodos no ortodoxos de producir obras de arte. Por ejemplo, usó un lanzallamas, o la acción de la lluvia en una tela preparada. (Llamó Cosmogonías a las pinturas producidas por los elementos). Bajo su dirección, muchachas jóvenes, embadurnadas con pintura azul, se echaron sobre la tela extendida sobre el suelo. La ceremonia fue llevada acabo en público, mientras veinte músicos tocaban la Sinfonía Monótona, una única "nota" mantenida durante diez minutos que se alternaba con diez minutos de silencio. La ejecución de estas Improntas está documentada en el film Mondo Cane. En otra ocasión -en París en 1958- Klein ofreció una exposición de vacíos: una galería pintada de blanco, con todo el mobiliario eliminado y un Guardia Republicano en la puerta. Llegó Albert Camus y escribió las palabras "con el vacío, plenos poderes" en el libro de visitas. Hubo miles de otros visitantes al vernissage, tantos que casi causan un tumulto. Otra de las ideas de Klein era ofrecer en venta "zonas de sensibilidad pictórica inmaterial". Eran pagadas con hojas de oro, que el artista tiraba inmediatamente al Sena, mientras el comprador quemaba su recibo.

Estas acciones tienen una cierta rectitud poética en sí, cualidad a menudo ausente de los happenings más chapuceros y más elaborados que tenían lugar en Nueva York. Klein, en la época de su muerte en 1962, parecía estar en el punto de unión entre un cierto número de diferentes tendencias. Está la conexión evidente con los dadaístas originales y también con ciertos artistas contemporáneos que se encuentran en los límites del dadá, tales como Lucio Fontana, cuyos propios experimentos con monocromos se convirtieron en las más familiares telas tajeadas. Las "líneas" de Piero Manzoni también recuerdan la obra de Klein: pinceladas únicas, ininterrumpidas, que
se desenvuelven en largas tiras de papel. Todas éstas, a su vez, están relacionadas de una manera más general con la tendencia hacia lo minimista en escultura. Por otro lado, Klein, tanto como Johns y Rauschenberg, es uno de los profetas del pop art. Su uso de la monotonía, de lo indiferenciado, le da algo en común con Andy Warhol, por ejemplo.

Pero sóló hay algo en común. El neodadá y el pop art no son idénticos, si bien el neodadá incluye pop. Los artistas de quienes he hablado hasta ahora no son, según mi punto de vista, genuinos practicantes del pop, a pesar de que su obra ha sido incluida en exposiciones y discutida en libros bajo ese rótulo. Los factores que crearon el pop art no son universales sino que tenían mucho que ver con la cultura urbana de Inglaterra y Norteamérica en los aõs después de la guerra. Sólo los artistas que estuvieron en íntimo contacto con esa cultura, captaron su tono e idioma especial de todos los estilos de posguerra, es éste el que más visiblemente tiene "vivencia local y nombre".
Después de que el pop se apuntó el éxito inicial, muy naturalmente ejerció influencia en otras partes. Muchos de los artistas conectados con el "nuevo realismo" de Pierre Restany juguetearon con él. Están, por ejemplo, las figuras fotográficas de Michelangelo Pistoletto adheridas a fondos espejados en los que el espectador se ve reflejado a sí mismo, completando así la composición; y las hábiles parodias de pintores como Prud'hon hechas por Martial Raysse. En una versión del Cupido y Psique de Prud'hon, titulada Cuadro simple y dulce, Cupido sostiene con sus dedos un corazón de neón. El joven francés Alain Jacquet usa imágenes fotográficas de una manera que recuerda tanto a Warhol como a Lichtenstein.

Los japoneses han estado igualmente ansiosos de ponerse al nivel del pop. Tomio Miki ha hecho una especialidad de las orejas fundidas en aluminio, como Warhol la ha hecho de las imágenes de Marilyn Monroe repetidas infinitamente. Al examinar estos trabajos, sin embargo, uno se da cuenta de que el compromiso con el medio ambiente urbano no es tan inmediato como parece ser en el caso de los artistas pop líderes ingleses y norteamericanos.

Ahora parece estar generalmente aceptado que el pop art, en su definición más aproximada, comenzó en Inglaterra y brotó de una serie de discusiones que tuvieron lugar en el Instituto de Artes Contemporáneas en Londres, en un grupo que se llamó a sí mismo Grupo Independiente. Incluyó artistas, críticos y arquitectos, entre ellos Eduardo Paolozzi, Alison y Peter Smithson, Richard Hamilton, Peter Reyner Banham y Lawrence Alloway. El grupo estaba fascinado por la nueva cultura popular urbana y particularmente por sus manifestaciones en Norteamérica. En parte, eso era un efecto retardado de la guerra, cuando Norteamérica había parecido a los artistas de
Inglaterra un Eldorado de todas las cosas buenas, desde el nylon a los coches nuevos. Pero también, en parte era una reacción contra el romanticismo solemne; la atmósfera de grandes esfuerzos que había prevalecido en el arte británico durante la década del cuarenta.
En 1956 el grupo fue responsable de una exposición en la Whitechapel Art Gallery que se llamó "Esto es mañana". Dividida en doce secciones, la exhibición fue diseñada para atraer al espectador a una serie de ambientes. En su libro sobre el pop art, Mario Amaya señala que el aspecto ambiental probablemente deba algo a la exhibición de Richard Buckle del Ballet Diaghilev, que tuvo lugar en Londres en 1954, y que usó la excusa de un tema teatral para ofrecer un gran despliegue teatral.

Desde el punto de vista del futuro, sin embargo, probablemente la parte más significativa de "Esto es mañana" fue un display suministrado por Richatd Hamilton a la entrada, -un collage titulado "¿Qué es es lo que hace que los hogares de hoy sean tan diferentes, tan atractivos?"
En el cuadro hay un hombre musculoso de una revista de fisiculturismo y una desnudista con lentejuelas en los pechos-. El musculoso lleva un chupetín gigante con la palabra POP en grandes letras. Con esta obra se crearon muchas de las convenciones del pop art, incluso, el uso de imágenes prestadas.

Hamilton ya sabía claramente lo que él creía que debía de ser un verdadero arte moderno. Las cualidades que estaba buscando eran, así lo dijo en 1957, popularidad, transitoriedad, desechabilidad, ingenio, sexualidad, artimañas y atractivos. Debía ser de bajo costo, producido en masa, joven y resultar un Gran Negocio. Éstas eran las cualidades que los artistas pop ingleses que la década del sesenta habrían de adorar posteriormente. Pero admitida la prioridad de Hamilton y la del Grupo Independiente, todavía es algo difícil probar que el arte surgió directamente de sus actividades. De todos los artistas que pertenecieron a este grupo, el propio Hamilton es el único que se puede clasificar como pintor pop. Además, está el hecho de que siempre fue un trabajador muy lento y que, en este período, muy poco de su obra habría de ser visto en Inglaterra.
Hay otros dos pintores que podrían titularse como "transicionales". Los dos están entre los más interesantes que produjo Gran Bretaña en los años recientes. Ambos fueron estudiantes del Royal College of Art, a mediados de la década del cincuenta. Uno es Peter Blake, que se clasificaría a sí mismo sin duda alguna como "realista".
La obra de Blake representa, en medio del siglo veinte, un retorno a la tradición de los prerrafaelistas. Como los prerrafaelistas, es nostálgico, pero no del medioevo. Cuando mira hacia atrás es hacia la cultura popular de mediados de la década del cuarenta y del cincuenta. A diferencia de otros pintores pop, a Blake siempre le preocupa estar algo fuera de moda. Su casa está repleta de recuerdos, postales, souvenirs de la playa, juguetes, chirimbolos de todo tipo y de todo esto se destila una poesía muy personal.
Richard Smith representa una actitud que es casi totalmente opuesta a ésta. Como estudiante, pintaba en un estilo figurativo que fue influido por el Euston Road School y los pintores de "Pileta de Cocina". Todavía estaba en el Royal College en la época de "This is Tomorrow" y en él, por lo menos, la exposición tuvo una evidente influencia. Durante 1957 a 1959, compartió un estudio con Peter Blake, pero en 1959 se fue a Norteamérica, y ha dividido su tiempo desde entonces entre Inglaterra y Estados Unidos. Los primeros trabajos típicos de Smith, estaban basados sobre los envases. También fue influido por la fotografía en color, del tipo que se encuentra en revistas como Vogue.

Su sensibilidad al color ha permanecido inalterada a través de subsecuentes cambios de estilo. Él mismo describe su color como "dulce y suave", y habla de querer dar "un sentido general de florecimiento, madurez y suavidad luminosa", pero las propias pinturas se han desprendido en su mayoría de cualquier asociación manifiesta
con el pop, a pesar de que algunas telas están estiradas sobre marcas tridimensionales que podrían ser una última, remota reminiscencia de las formas del envase. Lo que ha hecho Smith es pasar a través de la experiencia del pop art para llegar después de ésta a una posición que se aproxima a la de los pintores coloristas norteamericanos. Su cambio a la pintura acrílica, en 1964, fue un importante paso en este proceso.

Debido a que se había establecido exitosamente en Nueva York, Smith significó mucho para sus colegas ingleses, como ejemplo y como influencia. Cuando volvió a Inglaterra en 1961, llevó consigo información al minuto sobre las actividades de pintores como Jasper Johns que impactaron a artistas tales como Peter Phillips y Derek Boshier. Smith ya había absorbido la indiferencia norteamericana a las limitaciones convencionales de formato, y el sentido norteamericano de la escala, por ejemplo.
La fecha clave en el pop británico fue 1961, no tanto por la reanudación del contacto de Smith con los artistas británicos sino a causa de la exposición de los jóvenes contemporáneos que tuvo lugar ese año. Esta produjo quizá la máxima sensación entre todas las exhibiciones de estudiantes que tuvieron lugar desde la guerra.

La razón era la presencia de un grupo de jóvenes artistas del Royal College of Art: Phillips, Boshier, Allen Jones y David Hockney. Exponiendo con ellos estaba un estudiante norteamericano un poco mayor que ellos: R. B. Kitaj. Kitaj, como Smith, tenía un conocimiento de primera mano sobre las técnicas norteamericanas y apadrinó la nueva obsesión por la fantasía popular, entre sus compañeros de estudios.
Una de las debilidades del pop art británico fue su fácil y rápido éxito. Inglaterra, en lo que concernía a las artes visuales, estaba finalmente separándose de su insularidad (en su literatura, la insularidad habría de durar mucho más) .El hedonismo de fipes
de la década del cincuenta había echado raíces y los nuevos artistas parecían ofrecer precisamente el arte alegre, desprejuiciado, centrado en el placer, que calzaba con la tónica de la época. Pero los artistas modernos con algo de talento todavía estaban en pañales y los jóvenes leones del pop no encontraron mucha competencia.

Bien pronto quedó claro que los artistas que se agruparon tras su espectacular debut en la muestra de Jóvenes Contemporáneos, eran temperamentalmente muy diferentes. Phillips era el más genuinamente interesado en la imaginería popular, pero la usó en una forma rígida y dogmática. Boshier cayó bajo la influencia de Richard Smith y se desvió de la imaginería figurativa en dirección al pop art. Más caprichosos y personales que cualquiera de estos dos, fueron Hockney y Jones.
Hockney es un artista que tuvo un desarrollo interesante aunque algo errático. Comenzó como el Niño Prodigio del arte británico. Su estilo de vida fue famoso instantáneamente; su cabello rubio teñido, anteojos redondos y saco de lamé dorado crearon -o contribuyeron a crear- una personalidad que atrajo incluso a personas que no estaban vitalmente interesadas en la pintura. En este sentido, forma parte del desarrollo general de la culturinglesa, que fue simbolizada por la repentina y enorme fama de los Beatles. Pero también estaba claro que Hockney estaba precozmente dotado. En sus primeros trabajos adoptó un estilo de historieta Faux-Naïf, que debía mucho a los dibujos para niños. A menudo estos primeros cuadros tienen una deliciosa, muda ironía.
Algo de la obra más característica de Hockney en esta época, deberá encontrarse en sus reproducciones. La serie de grabados titulada The Rake's Progress cuenta sus reacciones al mundo de ensueño de Norteamérica, que visitó por primera vez en 1961. Refleja actitudes profundamente ambiguas. El comentario es a menudo agudo -la escena del manicomio, por ejemplo, muestra un grupo de autómatas gobernados por una radio a transistores que se ha convertido en parte de su anatomía- pero el tono general de la serie es de ávido placer. Hockney ha pasado gran parte de su tiempo en Norteamérica desde entonces y le gusta particularmente el sur de California.

Al poco tiempo, la situación precaria de estos primeros trabajos fue amenazada. La pintura de Hockney se volvió progresivamente, seca, cada vez más preocupada con una especie de neoclasicismo. Algunas pinturas de paisajes californianos del período intermedio -casas estilo rancho, con regadores haciendo grandes arcos sobre los jardines, piletas de natación con arabescos estilo art-nouveau en el agua- son desconcertantemente opacas cuando se comparan con su obra anterior. Los críticos norteamericanos las han comparado con el realismo de Edward Hopper. No es seguro que ahora se intente una ironía más estricta, una sátira sobre la vida burguesa y complaciente de los suburbios de Los Angeles. En conjunto uno sospecha que no.
Allen Jones, como Hockney, es un artista cuya obra del principio era cautivante porque irradiaba un aire de placer no contaminado por el humor satírico. El más "pictórico'. de todos los artistas pop ingleses, en lo que concierne al color, parece haber aprendido mucho de Matisse. También tiene una deuda con el orfismo de Robert Delaunay. Jones es un artista menos narrativo que Hockney: está interesado metamorfosis, transformaciones, ambigüedades visuales. Una serie de Hermafroditas (Imágenes masculina/femenina fundiéndose una en otra en la misma tela) parecen particularmente características de su obra. Jones ha mostrado una fantasía particularmente diestra e ingeniosa con las telas modeladas: una serie de pinturas de Medallas de Boda, hechas en 1963, está compuesta por altas telas verticales a las que se les añaden telas octogonales.
Jones se asemeja a Hockney pero algo menos feliz, a causa de que él parece también estar teniendo dificultades en profundizar y desarrollar su obra, la cual tiene tendencia a tornarse cada vez más dura y más estridente; el color parece estar abandonando la confortable tradición de "bellas artes" de los fauves.Esto muestra una extrema estrechez de contenido.

El artista insiste en que el tema de su obra ha sido siempre
de interés secundario para él, pero uno se vuelve cada vez más consciente de su insistente trivialidad, la que no parece haber sido adaptada con ningún propósito doctrinario en mente.

Nadie puede acusar a la obra de R. B. Kitaj de falta de complejidad. El término "pop" debe estirarse bastante para abarcar su obra. Kitaj es un artista hermético; la mejor comparación es literaria: sus pinturas son a menudo como los Cantos de Ezra Pound. En ellos uno encuentra densos modelos de imaginería ecléctica. A menudo el pintor requiere que el espectador intente y logre su propia experiencia. El catálogo de una de las infrecuentes exposiciones de Kitaj tiende a apilar nota sobre nota, en el intento de explicar la complejidad de la fuente de sus materiales.

Es más posible que estas fuentes sean The Journal of the Warburg lnstitute que una historieta favorita. El enfoque hacia la obra de Kitaj debe ser intelectual.
Es un dibujante competente pero no abrumadoramente excelente y como colorista es más bien seco. Ya que su pintura es casi una forma de literatura, parece que a menudo sus grabados son más exitosos que sus pinturas y una gran parte de su reciente producción ha sido gráfica, principalmente estampados sobre seda, en los que usa este flexible medio con gran ingenio.
Hay uno o dos artistas más en Inglaterra que también han sido relacionados por los críticos con el movimiento pop, aun cuando lestán algo apartados del resto.

Uno es Anthony Donaldson, que usa la fantasía pop -muchachas desnudas o casi desnudas- como componentes de cuadros que están más cerca de la pintura abstracta, de "hard edge" que del propio pop art. Esto es porque las muchachas, no son generalrnente más que siluetas y las siluetas ocupan su lugar entre otras formas en la composición. Cuando se omiten las muchachas, como en los cuadros más recientes de Donaldson, el efecto es casi el mismo.

Otro es Patrick Caulfield, algo más joven que los otros miembros de la "generación pop". No dejó el Royal College of Art hasta 1963. Caulfield es considerado más como pintor de clisé que como pintor pop. Su tema típico es la reproducción para vender en las grandes tiendas, el tipo de imagen que aparece comúnmente en impresiones baratas, en bandejas de plástico o en los juegos que invitan al aficionado a "pintar con números". Cada forma que usa, cada objeto que representa, está descripto por una línea dura invariable, que parece como si hubiese sido impresa más que pintada. Igualmente el color está sin modulaciones. Caulfield intenta explorar la relación entre las bellas artes y la cultura de masas y particularmente las formas de ver, carentes de base, que la cultura de masas
parece alentar. De esta manera no está completamente comprometido con el genio del pop, sino que es casi un despiadado crítico de éste.
El éxito del arte contemporáneo australiano en Londres, en los años de posguerra, fue uno de los fenómenos del acontecer artístico. La punta de lanza de este éxito fue Sidney Nollan, y los cuadros que hicieron su fama fueron una serie dedicada a las andanzas del delincuente australiano Ned Kelly. Las primeras pinturas NedKelly datan de 1940 y, de esta manera, anteceden al pop por algunos años. En ellas, Nolan, que había sido un pintor abstracto, impuso un nuevo estilo Faux- Naïf como vehículo para un nacionalismo australiano algo sofisticado. Si uno compara los cuadros Ned Kelly con la Rake's Progress de Hockney, las similitudes son claras. La diferencia es que
Nolan todavía está tratando de buscar sus raíces en una nación, mientras que Hockney se compromete con una cultura: es el nacionalista de un estilo o gusto. Tanto Hockney como Nolan son artistas persuasivos, quizá demasiado. La obra de Nolan ha vacilado desde que éste se afincó en Inglaterra y empezó a dejar atrás su tema original.

Otros pintores australianos, como los hermanos Arthur y David Boyd, han mostrado una similar inhabilidad para romper exitosamente con la imaginería australiana.
La posición de la pintura australiana como una especie de pre POP es interesante tanto en el contexto norteamericano como en el inglés, porque está claro que hay una buena dosis de nacionalismo en el pop art norteamericano o, quizás, es evidente que el nacionalismo contribuyó a su repentino y abrumador éxito. Los artistas pop norteamericanos fueron descubiertos y promocionados por coleccionistas y marchands. Los críticos y teóricos se quedaron muy atrás de estos entusiastas. Evidentemente el ambiente artístico norteamericano consideraba y en cierta medida todavía parece considerar, el triunfo del pop art como un rechazo de sí mismo y de la dirección que había elegido fomentar. Un líder defensor del expresionismo abstracto, Harold Rosenberg, dijo lo siguiente sobre el nuevo estilo: "Ciertamente el Pop Art ganó el derecho de ser llamado movimiento a través del número de sus adherentes, su fuerza imaginativa, la cantidad de charla que generó". Pero si bien el expresionismo abstracto tenía demasiado poder de permanencia, el pop muy probablemente tenía demasiado poco. Su superficialidad congénita, aun teniendo la ventaja de permitir al artista un campo casi ilimitado de temas familiares para explotar ( cualquier cosa, desde servilletas hasta tarjetas de crédito) , desembocó en una monotonía cualitativa que podía causar que el interés en otro chiste más de este tipo se desvaneciese de la noche a la mañana. El expresionismo abstracto todavía sobresale en calidad, significado y capacidad para producir obras nuevas; sumando la producción de sus veteranos a la de alguno de los nuevos artistas, continúa ocupando el primer lugar en la carrera de obstáculos que podríamos llamar: «¿Y ahora qué sigue?».

En efeto, el pop art desafió al expresionismo abstracto -o pareció desafiarlo- de tres formas diferentes. Era figurativo donde el expresionismo abstracto era principalmente abstracto; era más "nuevo" que expresionismo abstracto, y era "más norteamericano".

Los principales artistas pop norteamericanos -Dine-Oldenburg-Rosenquist-Lichtenstein y Warhol- diferían grandemente unos de otros. Jim Dine y Claes Oldenburg eran los más próximos a los neodadaístas. Dine, en especial, tiene dos cualidades que lo relacionan muy próximamente a Rauschenberg y Johns: es esencialmente un pintor de combinado o asemblage y su tema es la realidad en sus diferentes variantes. En una obra típica de Dine, un objeto u objetos .'ready-made" -una prenda de vestir, una palan-
gana, una ducha, algunas herramientas- se asegura a la tela y se le crea un entorno con pintura aplicada libremente. A menudo, cualquier cosa que se muestre está cuidadosamente rotulada con su nombre.






Oldenburg también experimenta con los efectos del desplazamiento. Sus objetos oscilan entre los dominios de la escultura y la pintura. Estos objetos abarcan desde cosas tales como hamburguesas gigantes a modelos blandos de palanganas y batidoras. A menudo estas cosas están hechas de plástico relleno con telgopor. Dice Oldenburg: "Uso imitaciones naivës. Esto no es porque no tenga imaginación o porque quiera decir algo sobre el mundo de cada día. Yo imito: 1) objetos y 2) objetos creados: por ejemplo, signos, objetos hechos sin la intención de hacer «arte» y que en forma
naivë contienen una magia funcional contemporánea. Intento llevarlos aun más lejos a través de mi propia naiveté, que no es artificial. Es más, quiero decir: cargarlos más intensamente, elaborar su referencia. No intento hacer «arte» con ellos. Esto debe
entenderse. Los imito porque quiero que la gente se acostumbre a reconocer el poder de los objetos, una finalidad didáctica".
Por lo tanto, él también está interesado en la realidad, con el añadido de un elemento de totemismo: James Rosenquist y Roy Lichtenstein difieren de Dine y Oldenburg porque, en gran medida, aceptan las limitaciones de la superficie plana y porque son formalistas. Por el momento, parece ser Lichtenstein el que ha sido elevado a un nivel por sobre los otros.
No es tan hostil a la palabra "arte" como lo es Oldenburg. Dice, por ejemplo, que "el arte se trata de percepción organizada". Añade que el acto de mirar una pintura "no tiene nada que ver con cualquier forma externa que tome la pintura, tiene que ver con la manera de construir un molde unificado para verla".

La obra inicial de Lichtenstein está basada sobre las tiras de historietas; incluso se reeproducen minuciosamente los puntos que son parte del proceso barato de impresión en color. El artista dijo una vez durante una entrevista: "Pienso que mi trabajo es diferente a las tiras cómicas, pero yo no lo llamaría transformación.Lo que hago es forma, mientras que la tira cómica no está formada en el sentido en que estoy usando la palabra; las historietas tienen formas, pero no ha habido esfuerzo para hacerlas intensamente unificadas. El propósito es diferente, uno intenta describir y yo intento unificar. Ymi obra es realmente diferente de las tiras cómicas en que cada marca está realmente en un lugar diferente, a pesar de lo leve que la diferencia parezca a algunos".
Es decir, la imaginería es en parte una estrategia, un medio para unificar la superficie del cuadro. Otra finalidad puede verse con máxima claridad en la serie de Pinceladas: versiones congeladas, minuciosas ( en la técnica de la tira cómica) de las marcas que un pintor expresionista abstracto habría hecho con una pasada de pincel. La serie es un experimento en "supresión", palabra que aparece bastante a menudo en la conversación de Lichtenstein.

También es un intento de hacer que el público ponga en duda su propia escala de valores.
Esto nos lleva al problema de los valores ofrecidos por los propios artistas pop. Uno de los aspectos más característicos y más preocupantes del pop art es el hecho de que, a pesar de ser figurativo, a menudo parece ser incapaz de usar la imagen de primera mano. Para ser viables, sus imágenes deben haber sido procesadas de alguna manera. Rosenquist dice: "Trato la imagen del cartel publicitario tal cual es. La pinto como reproducción de otras cosas. Trato de alejarme la más posible". Sus trozos y pedazos de imágenes publicitarias están mezclados de manera tal que producen un efecto abs-
tracto. Similarmente, los desnudos de Tom Wesselmann se han vuelto crecientemente arbitrarios, siluetas chatas donde se desvanece la presencia humana.

Se puede hacer una comparación entre Rosenquist y Larry Rivers, artista que se define mejor como "casi pop". Rivers es un artista seductor; pinta de una manera que deleita a los admiradores de los impresionistas y que, en particular, parece deber mucho a Manet.
Las imágenes de que se ocupa a veces recuerdan al pop, porque Rivers está interesado en temas tales como el envase, el diseño de billetes de Banco y así sucesivamente. Pero siempre le preocupa hacer variaciones pictóricas sobre éstos, más que imitaciones. Rivers está preparado para pintar directamente de la naturaleza. Trata a algunos de estos cuadros como una lección de vocabulario, un desnudo femenino será cuidadosamente rotulado con todos los nombres de las partes del cuerpo, pero en francés, no en inglés. Otras pinturas son relatos fragmentarios de una experiencia en particular, por ejemplo un accidente callejero. La característica sobresaliente de todas estas pinturas es una especie de observación indirecta evasiva, como si el artista fuese incapaz de enfocar el tema durante un tiempo muy largo. George Segal muestra casi la misma impotencia al ser confrontado con la realidad objetiva. Sus esculturas están hechas no con un proceso de modelado, sino sacando moldes de los modelos, casi como si el artista no tuviese confianza en su propia visión de ellos.
El más controvertido, así como el más famoso, de los artistas pop norteamericanos es Andy Warhol. Las actividades de Warhol van más allá de los límites convencionales de la pintura: ha hecho numerosas películas, ha dirigido entretenimientos en un club nocturno, el "VelvetUnderground", y la especie de notoriedad de que disfruta es como la otorgada a un actor famoso o a una estrella cinematográfica. Cuando tuvo lugar la primera retrospectiva de la obra de Warhol, en Filadelfia en 1965, el tumulto en el vernissage fue tal, que algunas de las obras expuestas tuvieron que ser retiradas por miedo a que se produjeran daños. Se vio claramente que los visitantes querían ver al propio artista y no a sus productos.

Sin embargo, las actitudes de Warhol hacia la noción de "personalidad" son ambiguas. Por un lado, llama a los actores de sus películas "superestrellas", por otro lado declara que él mismo quiere ser una máquina, algo que hace no pinturas sino productos industriales.
Samuel Adams Green, en su introducción al catálogo de la exposición de Filadelfia, señala sobre Warhol: "Su lenguaje pictórico consiste en estereotipos. Recién ahora,
en nuestra época, una cultura ha conocido tantos bienes absolutamente impersonales, hechos a máquina y jamás tocados por la mano humana. El arte de Warhol usa la vitalidad y fuerza visual, que son habilidades comprobadas por el tiempo en el mundo de la publicidad, donde se preocupan más por el envase que por el contenido. Warhol acepta no cuestionar nuestros hábitos y héroes más populares. Aceptando su inevitabilidad son más fáciles de manejar que oponiéndoseles. Aceptamos la leyenda glorificada prefiriéndola a la realidad de nuestras experiencias inmediatas, en medida tal que la leyenda se convierte en lugar común, y, finalmente, es despojada de las
cualidades que nos interesaron en primer lugar".
De hecho, Warhol parece preocuparse más que la mayoría de los artistas pop por anestesiar nuestra reacción a lo que se nos pone enfrente. Muchos de sus cuadros tienen asociaciones morbosas: la señora Kennedy después del asesinato de su marido; Marilyn Monroe después de su suicidio, "fotos" de criminales, accidentes automovilísticos, la silla eléctrica, funerales de gangsters, disturbios raciales.
Las imágenes se repiten una y otra vez, en ampliaciones fotográficas impresas con pantalla de seda, sobre tela. La única modificación es una capa de color sintético, crudamente aplicada. La repetición y el color son los instrumentos de una confusión estética y moral que ha sido deliberadamente urdida. Reconocemos el narcisismo de Warhol cuando miramos sus cuadros, pero aun esto apenas nos llega. El poeta y crítico de arte Frank O'Hara señaló una vez que mucho del pop art era esencialmente una "escenificación", un intento imperturbable de descubrir exactamente cuánto habrá de tragarse el público.

Lichtenstein también dijo, hablando de los comienzos del pop en Norteamérica: "Era difícil lograr una pintura suficientemente despreciable como para que nadie la colgase: todos estaban colgando todo". Warhol lleva esta actitud a extremos, de manera que muchos de lo que hace es desdeñosamente privado y aristocrático. Esto aparece en su obsesiva preocupación por el tedio, por ejemplo. Ha hecho una película de un hombre durmiendo -eso y nada más- que dura más de seis horas.
Hay una clara conexión entre sus actividades y tipos de arte que superficialmente parecen muy diferentes de lo que él produce. Sus imágenes obtenidas con tramas de seda no están lejos del "arte mínimo" porque, a pesar de ser figurativas, son casi sin contenido. Cuanto más de cerca se examine el pop art norteamericano, menos parece una celebración de la cultura de masas, o incluso una reacción contra ella. En cambio, se usa la fantasía popular como una especie de escondite, un medio para aproximarse sigilosamente a los problemas filosóficos abstrusos.

Los artistas, al ser interrogados, casi siempre hablan de las maneras de ver algo, más que sobre lo que realmente se ve. La real atracción de los avisos, signos, historietas y el resto, en cuanto les concierne, parece consistir que la imaginería está "dada", está gratuitamente allí, de manera que no es necesario complicar el problema volviéndola a crear. No romantizan el material, como hacen sus colegas británicos.
.Una consecuencia del pop art en Norteamerica ha sido un intento de revalidar la pintura puramente realista. A menudo, como con los "hiperrealistas", el realismo está en el cambio, una reproducción de una reproducción (una fotografía) .
Pintores aislados, tales como Philip Pearlstein, han vuelto ala directa observación del modelo. Lo que relaciona a Pearlstein con el "hiper-realismo" es una neutralidad programática de la actitud, mientras que su estilo, rondando el borde de lo trivial, se acerca al "arte mínimo".
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ARTE ABSTRACTO ESPAÑOL



El interés por el arte abstracto fue tardío en España. Los artistas españoles más significativos que construyeron las primeras vanguardias se mantuvieron siempre dentro de los cauces del arte figurativo. Una vez concluidas las vanguardias históricas, cuando el arte abstracto se extiende por todo el mundo, en España se vive un régimen de autarquía. El aislamiento que sufrió el país durante las primeras décadas de la dictadura contribuyó aún más a retardar la práctica de la abstracción.

El régimen no veía con buenos ojos unas manifestaciones estéticas que hablaban en un lenguaje críptico que, sin duda, era subversivo y extranjerizante. Efectivamente, el desparpajo y la libertad con que estos pintores y escultores aplicaban la pintura y utilizaban la materia era ofensivo para unas instituciones que deseaban un arte academicista que exaltara los valores nacionales.

Por lo tanto, hacer arte abstracto a finales de los años cincuenta era algo más que adoptar una estética: suponía tomar una postura, arriesgándose a la reprobación en unos momentos políticamente difíciles. Es necesario recordar esto ahora, cuando los artistas españoles pueden servirse de cualquier tema, técnica, estilo o material con entera libertad, para comprender el sentido ético de esas posturas y las dificultades de todo orden que entrañaba tomarlas. Es necesario recordarlo además porque este museo, donde los cuadros y esculturas se contemplan serenamente, ubicados en los espacios singulares de este edificio gótico, podría inducir a formar una idea esteticista de unas obras que, en muchos casos, fueron enseña de vanguardismo y objeto de rechazo o desprecio crítico.
Casi todos los artistas aquí representados, durante los años cincuenta, en su etapa de formación, residieron en el extranjero, París y Roma fundamentalmente, y viajaron por diferentes países donde tuvieron ocasión de contemplar el arte que se hacía en Europa, añorando poder trabajar en España de la misma manera. No quiero decir con ésto que pretendieran imitar las formas o los estilos que allí vieron, sino que pretendían poder pintar y esculpir en libertad según sus temperamentos; pretendían hacer arte abstracto sin ser sospechosos de nada.

Si nos fijamos en las obras aquí reunidas descubriremos que no son ni expresionismo abstracto americano, ni abstracción lírica francesa; tampoco Op art o constructivismo, aunque se aprecien, en cada una de ellas, rasgos de aquí y de allá, como es lógico. Por encima de estos rasgos se distingue un sello muy español que ha sido rastreado por los críticos e historiadores en la pintura de El Greco, Ribera, Velázquez o Goya, en el pensamiento trágico y místico de nuestros poetas y el temperamento, mitad fogoso mitad sobrio, del carácter español. Pero, por encima de tópicos sobre «lo español» y a pesar de los diferentes estilos que en estos artistas se pueden reconocer, no cabe duda que en todos los cuadros y esculturas de este museo se aprecia un «aire de familia» que une las obras aquí reunidas, lo que da a éste un carácter irrepetible. Ese aire, que define a una generación, no tiene que ver con los temas, los estilos o las técnicas que emplearon, que son muy diversas, sino con la génesis de una ilusión: el triunfo de la abstracción; tiene que ver con el hecho de haber sido compañeros en esa lucha y, sobre todo, amigos. A ellos debemos el habernos enseñado a desembarazarnos de los prejuicios para ver, comprender y amar el arte actual.

Pero no hemos de conformarnos con descubrir estas similitudes, esa empatía que irradian las obras, sino que es necesario atender también a las enormes diferencias que hacen del trabajo de cada uno de ellos un mundo distinto que se expresa con un lenguaje propio e inconfundible.

Para poder desarrollar este trabajo individual y darle una proyección crítica y social, casi todos estos artistas, en algunos momentos de su vida, se agruparon para realizar exposiciones y publicaciones colectivas. Estos grupos nos pueden servir como hilo conductor para comprender las diferentes caras de esta aventura del arte abstracto español.

Cinco grupos polarizarán este esfuerzo, Dau al Set en Barcelona, El Paso en Madrid, Parpalló en Valencia, Gaur en Vitoria y la fundación del Museo de Arte Abstracto Español en Cuenca. Éstos son los jalones más claros de este período que se inicia a finales de los años 40.

Los artistas del grupo Dau al Set (1948-1953), entre ellos Antoni Tàpies y Modest Cuixart, que colaboraron en su fundación, partiendo de la ensoñación y el automatismo surrealista llegaron a la abstracción matérica.

El Paso (1957-1960) se fundó para vigorizar el arte español contemporáneo. A él pertenecieron, entre otros, Manuel Millares, Antonio Saura, Luis Feito, Manuel Rivera, Rafael Canogar y Martín Chirino. Entre todos, desde diferenciadas posturas personales, configuraron un vigoroso lenguaje abstracto, informalista y liberador muy característico de la pintura comprometida en los años cincuenta y sesenta.

Amadeo Gabino y Eusebio Sempere, junto a otros artistas valencianos, intentaron, desde el Grupo Parpalló (1956-1961), realizar un arte abstracto que, por el contrario, se apoyará en cualidades formales, recuperando la tradición experimental de las vanguardias constructivas.

Chillida, fundaron el grupo Gaur (1966-1970) como un frente cultural vasco en torno al arte abstracto e informalista que, en el caso de los escultores, tenía un fuerte sentido constructivista y geométrico. De esta manera, estos dos últimos grupos formularon el otro polo de la abstracción en España.

Algunos artistas de todos estos grupos se reunirán alrededor de Fernando Zóbel y de los pintores Gustavo Torner y Gerardo Rueda en la creación del Museo de Arte Abstracto Español. Pero esta historia requiere, tal vez, una mayor atención.

Fernando Zóbel, que había nacido en Manila (Filipinas) y se había educado en la Universidad de Harvard, gracias a sus continuos viajes por Estados Unidos, Francia, Italia y España, conocía perfectamente tanto el expresionismo abstracto americano como el informalismo europeo. Desde 1955, en que comenzó a viajar por España, se interesó por el trabajo de los entonces incipientes artistas abstractos, y cuando se instaló definitivamente aquí, en 1961, les animó adquiriéndoles obra, siendo el primer comprador de algunos de ellos. Llegó un momento en que su colección personal tenía suficiente entidad y coherencia, lo que le planteó la obligación social de mostrarla al público.

Ayudado por los propios artistas, muy particularmente por Gustavo Torner y Gerardo Rueda, que fueron los primeros conservadores de la colección, lograron que el Ayuntamiento de Cuenca les cediera parte de las Casas Colgadas, que acababan de ser restauradas, como sede del museo que se inauguró en 1966.

En la ciudad alta de Cuenca, que entonces se hallaba abandonada, con la mayoría de sus edificios en ruina, se fueron instalando algunos de estos pintores. Zóbel, Torner, Saura, Millares, Rueda, Antonio Lorenzo, Sempere y José Guerrero adquirieron casa, y en el Museo trabajaron como colaboradores Jordi Teixidor y José María Yturralde. De esta manera surgió el milagro: la recuperación, a través del arte, de un conjunto urbano del que el Museo de Arte Abstracto Español es su eje y motor.

En 1980 el Museo de Arte Abstracto Español de Cuenca era ya muy conocido, había recibido varios premios y suficiente difusión internacional, la colección había crecido y el espacio físico del museo se había ampliado. Lo que empezó siendo el empeño personal y entusiasta de un grupo de amigos reclamaba ya una atención y dedicación profesionalizada que desbordaba a sus creadores. Fernando Zóbel decidió entonces donar la colección del museo a la Fundación Juan March, que la aceptó e incrementó con sus propios fondos y con la adquisición de la colección del Dr. Amos Cahan, médico norteamericano que vivió en España y coleccionó obra de estos artistas en los años cincuenta y sesenta.

Ahora, una colección estable, elegida con un criterio que pretende dar coherencia histórica a los esfuerzos creativos y los logros estéticos de una generación, se ha convertido en un homenaje a estos artistas que arriesgaron más de lo que esperaban recibir.
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Jorge Oteiza
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PINTURA ABSTRACTA DE NUEVA YORK




El 'Expresionismo abstracto' es el término por el que se conoce la trayectoria que siguió la pintura abstracta a partir de los años 1940 en Europa y en América. Polémico estilo que apareció en la postguerra fundados por Jackson Pollock y Willem de Kooning.
Se utilizan también los términos Action Painting (Pintura de Acción), acuñado por el crítico Harold Rosemberg en el artículo "Los Pintores de acción Americanos", publicado en la revista Art News en 1952, y American Type Painting (Pintura de tipo americano), utilizado por Clement Greenberg, para distinguirla de la pintura europea, además de la denominación de Escuela de Nueva York para un grupo de pintores cuya actividad se desarrolla en esa ciudad entre 1940 y 1950.
l grupo lo forman Baziotes, Willem De Kooning, Gorky, Gottlieb, Guston, Louise Nevelson, Hofmann, Kline, Motherwell, Newman, Jackson Pollock, Pousette- Dart, Reinhardt, Mark Rothko y Still. Sin embargo, la crítica coincide en la dificultad que supone agrupar a artistas tan diversos bajo una misma etiqueta, mientras que se establece como el período más típicamente expresionista abstracto a los años que van entre 1942 y 1947.
En Europa, los precedentes del expresionismo abstracto hay que buscarlos en la abstracción de Kandinsky, la visionaria transformación de la realidad de Kokoschka y en las técnicas de impacto de Nolde y Rouault. La otra gran influencia sobre la nueva abstracción llega desde las técnicas de automatismo experimentadas por los surrealistas y, sobre todo, de la experimentación con la caligrafía oriental, propia de artistas como Henri Michaux, que la incorpora a sus trabajos tras su viaje a oriente en 1933; en América, Tobey, también acusa esta influencia y la traspasa a Europa, más concretamente a París. Es en esta ciudad donde se desarrolla también el trabajo de otros dos artistas, cuya llegada a la abstracción siguió otra senda: Jean Fautrier y Wols; este último, utilizando las formas de los organismos vistos a través de un microscopio, en la forma de la estructura de la materia y en general en la estructura interna de toda forma que tenga conexión con el cosmos. Frautier evolucionó hacia la Pintura de Acción que se estaba desarrollando en América.
En 1941, con el estallido de la guerra en Europa, llegan muchos artistas refugiados a Nueva York, donde desde hacía tiempo vivían Duchamp, Ozenfant, Tanguy y Matta Echauren. Entre los recién llegados está Masson, cuya influencia sobre la pintura de la Escuela de Nueva York fue decisiva, debido a su lenguaje altamente desarrollado hacia 1940 sobre una total mitología del inconsciente. El chileno Matta, que llevó a Nueva York, desde París, el dinamismo del Surrealismo también se considera uno de los que más influyó en estilo característico de la Pintura de Acción.
El cubismo y los cuatro maestros del arte europeo, Picasso, Miró, Matisse y Léger, completan la base sobre la que se desarrolló la pintura abstracta en América en los años cuarenta.
Las influencias de Masson, Miró y Picasso son evidentes en la obra de Pollock; también se sintió influido por los muralistas mexicanos, en especial por Orozco. Hacia 1943 aplica de una forma personal los métodos surrealistas, así como algunos fragmentos de la iconografía picasiana para utilizarlos exclusivamente por su fuerza plástica, y su único interés es la inmediatez de algunas sensaciones pictóricas. Su método de pintura se ha hecho legendario, así como su atormentada personalidad. Disponía el lienzo en el suelo para poder integrarse en él, ser parte física de la tela, caminando alrededor y trabajándolo en todas las direcciones. El modo de aplicar la pintura (dripping), dejándola caer directamente del bote y el uso de arena (tomado de los rituales de los indios americanos) y cristales pueden ser interpretados como un automatismo llevado al límite. "Cuando estoy pintando no soy consciente de lo que hago. Es sólo después de un período de recuento cuando veo lo que he hecho. No tengo miedo de hacer cambios, de destruir la imagen, porque el cuadro tiene una vida propia" (Jackson Pollock). En esta afirmación, Pollock define la Pintura de Acción como una mezcla entre vitalidad y búsqueda automática de la armonía y la belleza en un lenguaje que pasa por la destrucción de la imagen y su asociación simbólica.

Por su parte, Ashley Gorky y Hans Hoffman proporcionaron un punto de unión clave entre la obra de los europeos y la de los americanos. Gorky llegó a América desde Armenia en 1920 y Hoffman en 1933, desde Múnich. Gorky admiraba y conocía antes que los otros a los maestros europeos; tal era la profundidad de su conocimiento e influencia de las vanguardias europeas, que tardó mucho tiempo en elaborar un estilo independiente; esto fue en 1947, un año antes de su muerte. Algunos críticos lo consideran como un pintor de transición. Fue uno de los primeros en recibir la influencia del surrealismo en los años treinta; sus contactos con el chileno Matta fueron cruciales para su desarrollo. André Breton llegó a considerarlo un surrealista. Hoffman fue el más idóneo para trasmitir a la generación más joven todo el conocimiento de las vanguardias europeas en las que él se había formado.
En 1934 abrió en Nueva York la Escuela de Bellas Artes de Hans Hoffman. La enseñanza de Hoffman y su preocupación por conseguir la unidad entre el color y la forma desembocaría en el movimiento denominado Color Field Painting. Aunque expuso ocasionalmente con los expresionistas abstractos, no se le puede considerar como integrado con ellos y su obra fue siempre europea.
Robert Motherwell fue el que más se interesó por el Surrealismo europeo; afirmó que fue él quien explicó esta tendencia a Pollock, Gorky y Rothko. Era un hombre muy culto y refinado y ya en 1941 se había introducido en el círculo de los surrealistas europeos (Tanguy, Mason, Ersnt, Breton y Marcel Duchamp).
A partir de 1947 las preocupaciones de estos artistas giran en torno al problema de cómo conciliar el choque entre la función ilusionista de la pintura y la fractura que ellos mismos habían producido en la superficie del cuadro, que de ningún modo podía seguir siendo el soporte de una narración. Para ellos el arte grande estaba cargado de contenidos importantes. Tal era su preocupación por el tema que algunos de ellos fundaron en 1948 una escuela llamada Los temas del Artista (Baziotes, Motherwell, Rothko y Newman).
De Kooning fue muy admirado entre los pintores desde los años treinta; su punto de partida fue también el cubismo, para tratar de resolver algunos problemas que según él éste no había resuelto, como hacer sitio o crear equivalencia para aquellos objetos o espacios o formas, cuya presencia en el mundo real nos permita confirmar la visión binocular y la capacidad locomotora, pero que se ocultan a la vista "...en el inevitable proceso selectivo de transferencia a la superficie bidimensional del cuadro..." (Charles Harrison). Es la problemática tratada en su más famosa serie de obras: las Mujeres (a partir de 1950), donde resolvió problemas de representación a través del uso del dibujo como si fuera pintura.
Still, Rothko y Newman se centraron en la expresión a través del color; para aumentar su impacto visual eliminaron de las composiciones la figuración y el contraste de luces y sombras y agrandaron la escala de los lienzos, al igual que el resto de los americanos expresionistas, con la intención de envolver al espectador en un entorno cromático. Su abstracción se estudia bajo la denominación de Pintura del campo de Color (Color Field Painting), como tendencia dentro del expresionismo abstracto, distinta a la otra tendencia dominante llamada action painting. Ambas tendencias se distinguen no sólo formalmente una de otra, sino también por los distintos modos de vida que llevaban los artistas de cada una, sus distintos círculos sociales e incluso los distintos barrios en que habitaban en Nueva York: los pintores de acción vivían en el Downtown de Manhattan y los del colour field, en el Uptown.
En realidad el expresionismo abstracto americano no es un estilo unificado. Pollock, Rothko, Still, Reinhardt y Newman son abstractos, pero no expresionistas. El movimiento de la pintura abstracta americana surgió por oposición al regionalismo y a la pintura social vigentes en los años treinta, y también como oposición al cubismo abstracto. La mayor invención del action painting fue el descubrimiento en 1947, que llevaron a cabo Pollock, Rothko, Still y Newman, de una nueva superficie de la pintura que denominaron all over, para significar un campo abierto sin límites en la superficie del cuadro, donde el espectador era envuelto por la inmediatez de la estructura. En las configuraciones all-over the Pollock, no hay punto focal y la pintura genera una energía continua tan cargada que parece sobrepasar los límites del cuadro, que, a su vez, para intensificar esta sensación, agranda su escala. Still, Rothko y Newman elaboran su all over por medio de campos de color, eliminando toda traza de figuración y simbolismo, contraste de luz y sombras, para agrandar al máximo el impacto visual y emocional del color.
En Inglaterra, el expresionismo abstracto, surgió por influencia de Pollock y sus mejores representantes son John Hoyland y Gillian Ayres.
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martes, 26 de junio de 2007

ESCUELA DE PARIS


Ni es un movimiento ni una corriente. La Escuela de París debe considerarse como la mera designación de un conjunto de pintores, con frecuencia muy diferentes unos de otros, que trabajaron en París en durante un período de unos quince años- entre 1945 y 1960 - y que reivindicaron todos la práctica de una pintura calificada por Jean Bazaine de “no figurativa”. Franceses unos, de nacionalidad extranjera otros, cada uno a su manera ocupó un lugar que tuvo importancia en el mundo artístico e intelectual de la posguerra. La primera exposición personal de Atlan tuvo lugar en 1944. Él muere en 1960. A Esteve ,colorista notable, se le considera como un pintor mayor de la Escuela de París. Fautrier expresará la ira de los supervivientes. Hartung la desesperanza ante el horror de un pasado reciente. De Stael dice’’ Nunca encontré otra salida que no fuera la pintura para librar mi vida de todas las inquietudes”
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SURREALISMO


El surrealismo (en francés: surréalisme; sur (sobre, por encima) mas réalisme (realismo) o superrealismo es un movimiento artístico y literario surgido en Francia en el primer cuarto del siglo XX en torno a la personalidad del poeta André Breton.

Origen del término.

Los términos surrealismo y surrealista proceden de Apollinaire, quien los acuñó en 1917. En el programa de mano que escribió para el musical Parade (mayo de 1917) afirma que sus autores han conseguido.
Una alianza entre la pintura y la danza, entre las artes plásticas y las miméticas, que es el heraldo de un arte más amplio aún por venir. (...) Esta nueva alianza (...) ha dado lugar, en Parade a una especie de surrealismo, que considero el punto de partida para toda una serie de manifestaciones del Espíritu Nuevo que se está haciendo sentir hoy y que sin duda atraerá a nuestras mejores mentes. Podemos esperar que provoque cambios profundos en nuestras artes y costumbres a través de la alegría universal, pues es sencillamente natural, después de todo, que éstas lleven el mismo paso que el progreso científico e industrial.
La palabra surrealista aparece en el subtítulo de Las tetas de Tiresias (drama surrealista), en junio de 1917, para referirse a la reproducción creativa de un objeto, que lo transforma y enriquece. Como escribe Apollinaire en el prefacio al drama,
Cuando el hombre quiso imitar la acción de andar, creó la rueda, que no se parece a una pierna. Del mismo modo ha creado, inconscientemente, el surrealismo... Después de todo, el escenario no se parece a la vida que representa más que una rueda a una pierna.

Primeros pasos
Retrato en "Vertumnus" (Verano) del emperador Rodolfo II realizado por Giuseppe Arcimboldo. Todos los frutos y flores representados en el cuadro, eran propios de la estación del verano en el siglo XVI. Algunos surrealistas vieron en él, a un precursor.
La meta surrealista y sus medios se remontan siglos antes al nacimiento del movimiento. Basta citar a Hieronymus Boch “el bosco”, considerado el primer artista surrealista, que en los siglos XV y XVI creo obras como "El jardín de las delicias" o "El carro del heno". Pero es en el siglo XX que se daría el nacimiento de una vanguardia filosófica y artística que retomaría estos elementos y los desarrollaría como nunca antes se había hecho.
La primera fecha histórica del movimiento es 1916, año en que Andre Breton, precursor, líder y gran pensador del movimiento, descubre las teorías de Sigmund Freud y de Alfred Jarry, además de conocer a Jacques Vache y a Guillaume Apollinaire. Durante los siguientes años se da un confuso encuentro con el dadaísmo, movimiento artístico precedido por Tristan Tzara, en el cual se solidifican las ideas de ambos movimientos. Estos, uno inclinado hacia la destrucción nihilista (dada) y el otro a la construcción romántica (surrealismo) se sirvieron como catalizadores entre ellos durante su desarrollo.
En el año 1924 Breton escribe el primer manifiesto surrealista y en este incluye lo siguiente:
“Indica muy mala fe discutirnos el derecho a emplear la palabra SURREALISMO, en el sentido particular que nosotros le damos, ya que nadie puede dudar de que esta palabra no tuvo fortuna, antes de que nosotros nos sirviéramos de ella. Voy a definirla de una vez por siempre:
Surrealismo: sustantivo, masculino. Automatismo psíquico puro, por cuyo medio se intenta expresar, verbalmente, por escrito o de cualquier otro modo, el funcionamiento real del pensamiento. Es un dictado del pensamiento, sin la intervencion reguladora de la razón, ajeno a toda preocupacion estética o moral.
Enciclopedia, filosofia: el surrealismo se basa en la creencia en la realidad superior de ciertas formas de asociacion desdeñadas hasta la aparición del mismo, y en el libre ejercicio del pensamiento. Tiende a destruir definitivamente todos los restantes mecanismos psiquicos, y a sostituirlos en la resolucion de los principales problemas de la vida. Han hecho profesion de fe de SURREALISMO ABSOLUTO, los siguientes señores: Aragon, Baron, Boiffard, Breton, Carrive, Crevel, Delteil, Desnos, Eluard, Gerard, Limbour, Malkine, Morise, Naville, Noll, Peret, Picon, Soupault, Vitrac.”
Tal fue la definición del término dada por los propios Breton y Soupault en el primer Manifiesto Surrealista fechado en 1924. Surgió por tanto como un movimiento poético, en el que pintura y escultura se conciben como consecuencias plásticas de la poesía.



En El surrealismo y la pintura, de 1928, Breton expone la psicología surrealista: el inconsciente es la región del intelecto donde el ser humano no objetiviza la realidad sino que forma un todo con ella. El arte, en esa esfera, no es representación sino comunicación vital directa del individuo con el todo. Esa conexión se expresa de forma privilegiada en las casualidades significativas (azar objetivo), en las que el deseo del individuo y el devenir ajeno a él convergen imprevisiblemente, y en el sueño, donde los elementos más disímiles se revelan unidos por relaciones secretas. El surrealismo propone trasladar esas imágenes a la esfera del arte por medio de un ejercicio mental libre, sin la intromisión censora de la conciencia. De ahí que elija como método el automatismo, recogiendo en buena medida el testigo de las prácticas mediumnímicas espiritistas, aunque cambiando radicalmente su interpretación: lo que habla a través del médium no son los espíritus, sino el Inconsciente.
Durante unas sesiones febriles de automatismo, Breton y Soupault escriben Los Campos Magnéticos, primera muestra de las posibilidades de la escritura automática, que publican en 1921. Mas adelante Breton publica Pez soluble. Dice asi el final del septimo cuento: "Heme aqui, en los corredores del palacio en que todos estan dormidos. ¿Acaso el verde de la tristeza y de la herrumbe no es la cancion de las sirenas?"

El surrealismo al servicio de la revolución.

A partir de 1925, a raíz del estallido de la guerra de Marruecos, el surrealismo se politiza; se producen entonces los primeros contactos con los comunistas, que culminarían en 1925 con la adhesión al Partido Comunista por parte de Breton.
Entre 1925 y 1930 aparece un nuevo periódico titulado El Surrealismo al servicio de la Revolución en cuyo primer número Louis Aragón, Buñuel, Dalí, Paul Éluard, Max Ernst, Yves Tanguy y Tristan Tzara, entre otros, se declaran partidarios de Breton. Por su parte Jean Arp y Miró, aunque no compartían la decisión política tomada por Breton, continuaban participando con interés en las exposiciones surrealistas. Poco después se incorporaron Magritte (1930), Masson (1931), Giacometti y Brauner en 1933 y también Matta (que conoce a Breton en 1937 por mediación de Dalí) y Lam; el movimiento se hizo internacional apareciendo grupos surrealistas en los Estados Unidos, Dinamarca, Londres, Checoslovaquia y Japón. Desde este momento, se abrirá una disputa, a menudo agria, entre aquellos surrealistas que conciben el surrealismo como un movimiento puramente artístico, rechazando la supeditación al comunismo, y los que acompañan a Breton en su giro a la izquierda.

En 1929 Breton publica el Segundo Manifiesto Surrealista, en el que condena entre otros intelectuales a los artistas Masson y Francis Picabia. En 1936 expulsa a Dalí por sus tendencias fascistas y a Paul Eluard. En 1938 Breton firma en México junto con León Trotski y Diego Rivera el Manifiesto por un Arte Revolucionario Independiente.

Técnicas surrealistas.

El surrealismo tomó del dadaísmo algunas técnicas de fotografía y cinematografía así como la fabricación de objetos. Extendieron el principio del collage (el "objeto encontrado") al ensamblaje de objetos incongruentes, como en los poemas visibles de Max Ernst. Este último inventó el frottage (dibujos compuestos por el roce de superficies rugosas contra el papel o el lienzo) y lo aplicó en grandes obras como Historia Natural, pintada en París en 1926.
Otra de las nuevas actividades creadas por el surrealismo fue la llamada cadáver exquisito, en la cual varios artistas dibujaban las distintas partes de una figura o de un texto sin ver lo que el anterior había hecho pasándose el papel doblado. Las criaturas resultantes pudieron servir de inspiración a Miró.



En el terreno literario, el surrealismo supuso una gran revolución en el lenguaje y la aportación de nuevas técnicas de composición. Como no asumía tradición cultural alguna, ni desde el punto de vista temático ni formal, prescindió de la métrica y adoptó el tipo de expresión poética denominado como versículo: un verso de extensión indefinida sin rima que se sostiene únicamente por la cohesión interna de su ritmo. Igualmente, como no se asumía la temática consagrada, se fue a buscar en las fuentes de la represión psicológica (sueños, sexualidad) y social, con lo que la lírica se rehumanizó después de que los mismos intelectualizados de las Vanguardias la deshumanizaran, a excepción del Expresionismo. Para ello utilizaron los recursos de la transcripción de sueños, la escritura automática y engendraron procedimientos metafóricos nuevos como la imagen visionaria. El lenguaje se renovó también desde el punto de vista del léxico dando cabida a campos semánticos nuevos y la retórica se enriqueció con nuevos procedimientos expresivos.




La pintura surrealista
Salvador Dalí junto a Man Ray



Masson adoptó enseguida las técnicas del automatismo, hacia 1923-1924, poco después de conocer a Breton. Hacia 1929 las abandonó para volver a un estilo cubista. Por su parte Dalí utilizaba más la fijación de imágenes tomadas de los sueños, según Breton, "...abusando de ellas y poniendo en peligro la credibilidad del surrealismo..."; inventó lo que él mismo llamó método paranoico-crítico, una mezcla entre la técnica de observación de Leonardo da Vinci por medio de la cual observando una pared se podía ver como surgían formas y técnicas de frottage; fruto de esta técnica son las obras en las que se ven dos imágenes en un sola configuración. Óscar Domínguez inventó la decalcomanía (aplicar gouache negro sobre un papel el cual se coloca encima de otra hoja sobre la que se ejerce una ligera presión, luego se despegan antes de que se sequen).
Miró fue para Breton el más surrealista de todos, por su automatismo psíquico puro. Su surrealismo se desenvuelve entre las primeras obras donde explora sus sueños y fantasías infantiles (El Campo labrado), las obras donde el automatismo es predominante (Nacimiento del mundo) y las obras en que desarrolla su lenguaje de signos y formas biomorfas (Personaje lanzando una piedra). Arp combina las técnicas de automatismo y las oníricas en la misma obra desarrollando una iconografía de formas orgánicas que se ha dado en llamar escultura biomórfica, en la que se trata de representar lo orgánico como principio formativo de la realidad.
René Magritte dotó al surrealismo de una carga conceptual basada en el juego de imágenes ambiguas y su significado denotado a través de palabras poniendo en cuestión la relación entre un objeto pintado y el real. Paul Delvaux carga a sus obras de un espeso erotismo basado en su carácter de extrañamiento en los espacios de Giorgio de Chirico.
El surrealismo penetró la actividad de muchos artistas europeos y americanos en distintas épocas. Pablo Picasso se alió con el movimiento surrealista en 1925; Breton declaraba este acercamiento de Picasso calificándolo de "...surrealista dentro del cubismo..."
Se consideran surrealistas las obras del período Dinard (1928-1930), en que Picasso combina lo monstruoso y lo sublime en la composición de figuras medio máquinas medio monstruos de aspecto gigantesco y a veces terrorífico. Esta monumentalidad surrealista de Picasso puede ponerse en paralelo con la de Henry Moore. Otros movimientos pictóricos nacieron del surrealismo, o lo prefiguran, como por ejemplo el Art brut.

Apogeo y declinación del surrealismo.

En 1938 tuvo lugar en París la Exposición Internacional del Surrealismo que marcó el apogeo de este movimiento antes de la guerra. Participaron entre otros, Marcel Duchamp, Arp, Dalí, Ernst, Masson, Man Ray, Óscar Domínguez y Meret Oppenheim. La exposición ofreció al público sobre todo una excelente muestra de lo que el surrealismo había producido en la fabricación de objetos.
Con el estallido de la Segunda Guerra Mundial, los surrealistas se dispersan, algunos de ellos (Breton, Ernst, Masson) abandonan París y se trasladan a los Estados Unidos, donde siembran el germen para los futuros movimientos americanos de posguerra (expresionismo abstracto y Arte Pop).

EL surrealismo en el mundo
El surrealismo en la pintura española.

En España el surrealismo aparece en torno a los años veinte no en su vertiente puramente vanguardista sino mezclado con acentos simbolistas y de la pintura popular. Además de Joan Miró y Salvador Dalí, el surrealismo español lo componen Maruja Mallo, Gregorio Prieto, José Moreno Villa y Benjamín Palencia, además de los neocubistas que se pasan al surrealismo (Alberto Sánchez y Ángel Ferrant). Hubo un importante núcleo surrealista en las Islas Canarias, agrupado en torno a la Gaceta de Arte de Eduardo Westerdahl, con pintores como Óscar Domínguez o el propio Westerdahl y un grupo de poetas que invitaron a André Bretón a venir en 1935; allí compuso este el poema Le chateau etoilé y otras obras. Mucho más tarde, 1997 y 1998 el pintor Estéfano Viu retoma estas tendencias en las Islas Canarias.
En Latinoamérica se consideran surrealistas, además de los ya citados Matta y Lom, a Remedios Varo y Leonora Carrington.

El surrealismo en la literatura hispánica El surrealismo fue seguido con interés por los intelectuales españoles de los años 30. Existía el precedente de Ramón Gómez de la Serna, quien utilizaba algunas fórmulas vinculables al surrealismo, como la greguería. El primero en adoptar sus métodos fue José María Hinojosa, autor de La flor de Californía (1928), libro pionero de prosas narrativas y oníricas.
Varios poetas de la generación del 27 se interesaron por las posibilidades expresivas del surrealismo. Su huella es evidente en libros como en la sección tercera de Sobre los ángeles y en Sermones y moradas de Rafael Alberti; en Poeta en Nueva York de Federico García Lorca y Un río, un amor y Los placeres prohibidos de Luis Cernuda. Vicente Aleixandre se definió a sí mismo como "un poeta superrealista", aunque matizando que su poesía no era en modo alguno producto directo de la escritura automática. Miguel Hernández sufrió una efímera etapa surrealista y durante la posguerra la imprenta surrealista se percibe en los poetas del Postismo y en Juan Eduardo Cirlot, y en la actualidad existe un cierto postsurrealismo en la obra de algunos poetas como Blanca Andreu.
En las islas Canarias la afición por el surrealismo llevó a la formación en los años 30 de la Facción Surrealista de Tenerife, un grupo de entusiastas, al modo del creado en Francia alrededor de André Breton. Sus componentes (Agustín Espinosa, Domingo López Torres, Pedro García Cabrera, Óscar Domínguez, Eduardo Westerdahl y Domingo Pérez Minik) expusieron sus creaciones y puntos de vista en los treinta y ocho números de la revista Gaceta de Arte.
Aunque no se le pueda considerar un surrealista estricto, el poeta y pensador Juan Larrea vivió de primera mano la eclosión del movimiento en París y reflexionó más tarde sobre su valor y trascendencia en obras como Surrealismo entre viejo y nuevo mundo (1944). En la actualidad existe una corriente de neosurrealismo en la poesía de Blanca Andreu.
En Hispanoamérica el surrealismo contó con la adhesión entusiasta de poetas como el chileno Braulio Arenas y los peruanos César Moro, Xavier Abril, y Emilio Adolfo Westphalen, además de influir decisivamente en la obra de figuras mayores como Pablo Neruda, Gonzalo Rojas y César Vallejo. En Argentina, pese al desdén de Jorge Luis Borges, el surrealismo sedujo aún al joven Julio Cortázar y produjo un fruto tardío en la obra de Alejandra Pizarnik. Se ha señalado también su influencia en otros autores de producción más reciente, como el músico Alejandro de Michele. El poeta y pensador mexicano Octavio Paz ocupa un lugar particular en la historia del movimiento: amigo personal de Breton, dedicó al surrealismo varios ensayos esclarecedores.

El surrealismo en la historia
En la literatura
El surrealismo tuvo como antecedente la patafísica de Alfred Jarry, y el movimiento dadaísta fundado en Zurich en 1916 por T. Tzara, H. Ball y H. Arp. Animados por idéntico espíritu de provocación, André Breton, Louis Aragon y Ph. Soupault fundaron en París la revista Littérature (1919), mientras en EE.UU manifestaban actitudes similares Man Ray, Marcel Duchampy Francis Picabia, y en Alemania, Max Ernst y Hugo Ball.
A esta fase sucedió una actitud más metódica de investigación del subconsciente, emprendida por Breton, junto a Aragon, Paul Éluard, Soupault, Robert Desnos, Max Ernst, etc. La primera obra de esta tendencia, que cabe calificar de primera obra literaria surrealista, fue Los campos magnéticos (1921), escrita conjuntamente por Breton y Soupault. Tras la ruptura con Tzara, se adhirieron al movimiento Antonin Artaud, André Masson y Pierre Naville.
Breton redactó la primera definición del movimiento en su Manifiesto del surrealismo (1924), texto que dio cohesión a los postulados y propósitos del movimiento. Entre los autores que citaba como precursores del movimiento figuran Freud, Lautréamont, Edward Young, Matthew Lewis, Gérard de Nerval, Jonathan Swift, Sade, Chateaubriand, Victor Hugo, Poe, Baudelaire, Rimbaud, Mallarmé y Jarry. En el mismo año se fundó el Bureau de recherches surréalistes y la revista La Révolution Surréaliste, que sustituyó a Littérature, de cuya dirección se hizo cargo el propio Breton en 1925 y que se convirtió en el órgano de expresión común del grupo.
La producción surrealista se caracterizó por una vocación libertaria sin límites y la exaltación de los procesos oníricos, del humor corrosivo y de la pasión erótica, concebidos como armas de lucha contra la tradición cultural burguesa. Las ideas del grupo se expresaron a través de técnicas literarias, como la «escritura automática», las provocaciones pictóricas y las ruidosas tomas de posición públicas. El acercamiento operado a fines de los años veinte con los comunistas produjo las primeras querellas y cismas en el movimiento.
En 1930 Breton publicó su Segundo manifiesto del surrealismo, en el que excomulgaba a Joseph Delteil, Antonin Artaud, Philippe Soupault, Robert Desnos, Georges Limbour, André Masson, Roger Vitrac, Georges Ribemont-Dessaignes y Francis Picabia. El mismo año apareció el nuevo órgano del movimiento, la revista Le Surréalisme au Service de la Révolution, que suplantó al anterior, La Révolution Surréaliste, y paralelamente Aragon (tras su viaje a la URSS), Éluard, Péret y Breton ingresaron en el Partido Comunista. A fines de 1933, Breton, Éluard y Crevel fueron expulsados del partido. En los años treinta se sumaron al movimiento Salvador Dalí, Luis Buñuel, Yves Tanguy, René Char y Georges Sadoul.
Tras los años previos a la II Guerra Mundial, marcados por la militancia activa de Breton, y los años de exilio neoyorquino de la mayoría de sus miembros, durante la ocupación alemana de Francia, el movimiento siguió manteniendo cierta cohesión y vitalidad, pero a partir de 1946, cuando Breton regresó a París, el surrealismo era ya parte de la historia.

En las artes plásticas
Al principio el surrealismo es un movimiento fundamentalmente literario, y hasta un poco más tarde no producirá grandes resultados en las artes plásticas. Surge un concepto fundamental, el automatismo, basado en una suerte de dictado mágico, procedente del inconsciente, gracias al cual surgían poemas, ensayos, etc., y que más tarde sería recogido por pintores y escultores.
Esta rebelión contra la tradición cultural burguesa y el orden moral establecido tiene su cariz político, y un sector del surrealismo, que no consideraba suficientes los tumultos de sus manifestaciones culturales, se afilió al Partido Comunista Francés. Sin embargo, nacieron violentas discrepancias en el seno del grupo a propósito del debate sobre la relación entre arte y política; se sucedieron manifiestos contradictorios y el movimiento tendió a disgregarse. A pesar de la extensión del movimiento más allá de las fronteras francesas y de la celebración en 1938 en París de la Exposición Surrealista Internacional, la guerra paralizó toda actividad en Europa. Breton marchó a EE UU, y cuando regresó en 1946 el movimiento estaba ya definitivamente deteriorado.
La primera exposición surrealista se celebró en París en 1925, y en ella, además de H. Arp, G. de Chirico y M. Ernst, participaron artistas como Picasso, Y. Tanguy, P. Klee y Joan Miró, que posteriormente se separarían del movimiento o se mantendrían unidos a él adoptando únicamente algunos de sus principios. Aunque la II Guerra Mundial dispersó a estos artistas, en EE UU surgió una asociación de pintores surrealistas alemanes y franceses que se reunió en torno a la revista VVV.
Entre los artistas plásticos se manifiesta una dualidad en la interpretación del surrealismo: los surrealistas abstractos, que se decantan por la aplicación del automatismo puro, como A. Masson o Joan Miró, e inventan universos figurativos propios; y los surrealistas figurativos, interesados por la vía onírica, entre ellos R. Magritte, P. Delvaux, Estéfano Viu o Salvador Dalí, que se sirven de un realismo minucioso y de medios técnicos tradicionales, pero que se apartan de la pintura tradicional por la inusitada asociación de objetos y las monstruosas deformaciones, así como por la atmósfera onírica y delirante que se desprende de sus obras. M. Ernst es uno de los pocos surrealistas que se mueve entre las dos vías.
En la vertiente cinematográfica, el surrealismo dio lugar a magníficas obras, como La estrella de mar (1928), de M. Ray, o La concha y el clérigo (1926), de G. Dulac. L. Buñuel, en colaboración con S. Dalí, realizó las obras más revolucionarias: Un chien andalou (1928), L'âge d'or (1930).
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